Se cumplen 50 años de la muerte de Marilyn Monroe. La actriz fue mucho más que una figura del espectáculo: su imagen se apropió del concepto de glamour, influenció la moda, fue fuente de inspiración para el arte y trepó al primer puesto en el ranking de los símbolos sexuales.
Hoy podría ser una abuela de 86 años: la muerte la eternizó en sus tremendos 36, antes de que cualquier corrupción se le animase a su carne. Quedó ahí, en sus películas, en sus fotos y en su sorprendente literatura, ofrecida como un sacrificio para nuestra contemplación, como una historia particular de la belleza, con todo lo que lo bello tiene de resplandor y melancolía, con todo lo que la belleza del siglo 20 tuvo de sublime y dolorosa.
Hoy podría ser una abuela de 86 años: la muerte la eternizó en sus tremendos 36, antes de que cualquier corrupción se le animase a su carne. Quedó ahí, en sus películas, en sus fotos y en su sorprendente literatura, ofrecida como un sacrificio para nuestra contemplación, como una historia particular de la belleza, con todo lo que lo bello tiene de resplandor y melancolía, con todo lo que la belleza del siglo 20 tuvo de sublime y dolorosa.
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